La papaya es una fruta digestiva por excelencia. Contiene una enzima llamada papaína que ayuda en la descomposición de las proteínas de la carne. Esta fruta es rica en fibra soluble y en beta-carotenos.
Es buena fuente de Vitamina C; ya que aporta pequeñas cantidades de hierro y calcio. Se le atribuyen propiedades anti-inflamatorias y analgésicas, gracias a
Pero al comenzar a hablar de las semillas de papaya, debemos tener en cuenta que las semillas son embriones de las plantas, y por lo tanto, aparte de contener el embrión, contiene tejido nutritivo y una cubierta que protege la información genética.
Hay semillas que son comestibles y otras que no. Las semillas comestibles se recomiendan por su alto valor nutritivo.
Suelen contener vitaminas, minerales, polisacáridos (azúcares buenos o almidón), una pequeña cantidad de ácidos grasos insaturados (buenos), y proteínas.
Las semillas de papaya, al igual que otras semillas, te aportan fibra y ayudan a la movilidad intestinal, si las comes crudas (con una porción de fruta picada) y un poco de agua.
No es buena idea que las cocines, ni siquiera al vapor o hervidas, porque perderán un 80% de su valor nutritivo.
No hay evidencia de que las semillas de papaya resulten nocivas para la salud, pero es buena idea que, de una papaya mediana, consumas semillas solamente 3 o 4 días por semana.
Si bien es cierto que te ayudarán a facilitar un poco la digestión y te ayudarán a que tu intestino absorba menos grasa (en forma de colesterol); por su contenido de fibra; es difícil que lleguen a quemar grasa como dicen; a menos, claro está; que las semillas sean parte de una dieta restrictiva, en la que solo se incluyan uno o dos alimentos por comida, durante algunos días.
Dieta que nunca deberás hacer por supuesto.
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Fuente de Apoyo:
Purves, W, Sadava, D, Orians, G y Heller, C. 2003. Macro moléculas: Su química y biología. en Vida, La Ciencia de la Biología. 94-102.
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