¿CÓMO COMENZAR A HACER EJERCICIO?

Todos hacemos ejercicio diariamente. Se puede decir que desde que nos levantamos, hacemos ejercicio. Caminamos, subimos y bajamos escaleras, montamos en bicicleta, corremos para alcanzar el transporte o a llegar a tiempo al sitio de trabajo o estudio, y nos mantenemos activos la mayor parte parte del tiempo, caminando de aquí para allá. 


Pero existe una clase de ejercicio que demanda una mayor intensidad, y por lo tanto una mejor preparación física, psicológica y nutricional.

Esta clase de ejercicio físico solo requiere que dediquemos unos minutos de nuestro tiempo a diario para realizar actividad física cardiovascular, de mantenimiento del estado físico y de fuerza. 

Lo ideal para comenzar con una rutina de ejercicio es ir incrementando poco a poco la resistencia y la duración total.  Esto es especialmente importante si eres físicamente inactiva/o o poco activa/o; a pesar de que los quehaceres diarios te obligan a realizar algo de actividad física, que por supuesto, no es la mejor opción si quieres estar en buena forma.



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Hay muchas razones por las que las personas desean hacer ejercicio. Seguramente quieres bajar de peso y quemar grasa, o subir de peso para luego mantenerlo. Quizá debes empezar una rutina de ejercicio por recomendación médica. 

Ahora, el ejercicio requiere que tengas un buen estado físico, independientemente de si haces parte de un grupo determinado de personas con requerimientos específicos. Por ejemplo, si pasas los 40 años de edad, y/o si sufres de diabetes, hipertensión u otra enfermedad; es recomendable hacer una rutina de ejercicio de intensidad suave a moderada para mantener tanto tu estado físico, como tu salud. 

Si no te han diagnosticado ninguna enfermedad ni estás tomando algún medicamento, e incluso, si no estás llevando a cabo una dieta, puedes ir a un gimnasio si así lo decides.

Es seguro que allí puedes confiar tu salud a un entrenador que estará pendiente de hacer un seguimiento de tu persona, pero dado que llegas sin la práctica de una rutina de alimentación, seguramente te remitirá a un nutriólogo o nutricionista del deporte con el fin de atender tus necesidades alimenticias dependiendo del objetivo que tengas en mente. 

Pero si prefieres quedarte en casa o prefieres ir a un parque, de todas maneras puedes hacer algunas rutinas de ejercicios prácticas, de corta duración y efectivas para comenzar a hacer ejercicio de forma correcta. 

Recuerda que es importante que debes visualizar cómo te sentirás haciendo ejercicio, viendo los resultados que esperas y por supuesto, como todas las cosas que hacemos a diario, empezar teniendo la fe y la disciplina que se requieren para que puedas ver los resultados prontamente. 

¿CÓMO COMENZAR? 

Si eres poco activa/o, o no haces ejercicio, comienza por caminar varios minutos al día, durante 6 días y descansa el séptimo. 

A partir de la segunda semana ya puedes pasar a realizar actividades un poco más exigentes como subir y bajar escaleras, trotar o montar en bicicleta. Reparte estas actividades a lo largo de 20 a 40 minutos al día. La idea es que comiences a preparar tu cuerpo para que puedas hacer rutinas que requieren un mejor estado físico. 

Puedes comenzar a practicar Yoga como una manera de ejercicio y relajación, o haz ejercicios de Pilates que te permitan ir incrementando tu elasticidad y estado físico. 

A medida que progresas, debes alimentarte bien, con menos azúcares, más proteínas, menos grasas (aunque los ácidos grasos esenciales son importantes), más frutas, verduras y fibra; llevando a la par una adecuada hidratación. Tanto la alimentación como el agua deben aumentar según la cantidad de ejercicio, lo demandante y lo duradero de la rutina, SIEMPRE teniendo en cuenta tus requerimientos calóricos. 

Si por cuestión de tiempo, no puedes dedicar muchos minutos al día a hacer algo de ejercicio como entrenamiento, puedes implementar una rutina de 15 minutos, para luego, si es tu objetivo, concentrar la actividad física en las partes del cuerpo que quieres trabajar.

Es bueno saber que si estás en embarazo, lo más recomendado es que realices ejercicios cardiovasculares suaves, así como estiramientos de brazos y piernas, y una rutina en la que dediques unos minutos a caminar. 

Mantenerte activa/o es importante. Realiza las actividades diarias como de costumbre, siempre atendiendo los consejos de tu médico de cabecera.

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