Las dietas a base de proteínas; entre ellas, la dieta de Atkins, permite comer toda clase de carnes, quesos y grasas de origen animal, en raciones generosas; pero prohíbe la mayoría de los carbohidratos, las harinas y las frutas.
Esta dieta está contraindicada para personas con enfermedades de los riñones, problemas cardiovasculares y colesterol elevado, ya que los alimentos que componen su menú tienen origen en carnes de origen animal, principalmente.
Hay que decir que esta dieta es desequilibrada en cuanto a que se produce una carencia de algunas vitaminas y minerales; siendo necesario recurrir a suplementos multivitamínicos para compensar su escasez; al igual que a otros métodos para regular los niveles de potasio que, mal manejados, pueden conducir a problemas como alteración de la transmisión nerviosa, la función renal, la hipertensión arterial y la arritmia cardíaca y un inadecuado metabolismo de los carbohidratos y de la síntesis de proteínas [1].
Como la idea de hacer una dieta con un elevado porcentaje de proteínas es que te ayude a perder peso; primero debes considerar ciertos aspectos que resultan importantes, antes de tomar la decisión de llevar a cabo este régimen de alimentación.
LAS DIETAS DE PROTEÍNAS
Se trata de planes de alimentación con bajo contenido de carbohidratos, tanto simples como complejos, que no alcanzan a llegar al 50% de la ingesta diaria recomendada.
Estas dietas han sido el centro de atención de profesionales de la salud y de los medios de comunicación en cuanto a su efectividad para reducir el peso corporal desde hace ya algunas décadas.
En el centro de estos regímenes alimenticios se encuentra el hecho biológico de que, nuestro cuerpo, al recibir una cantidad mucho menor de azúcares simples y complejos de los que necesita para funcionar en óptimas condiciones; y al priorizarse la ingesta de alimentos con mayor contenido de aminoácidos, proteínas y algunas grasas (tanto saturadas como insaturadas); recurre a la energía almacenada en los depósitos de las células llamadas adipocitos, que guardan grasas en forma de triglicéridos, para descomponerlos [2] y, mediante algunos ciclos metabólicos, finalmente producir glucosa, fuente primaria de la energía en forma de ATP que nuestro organismo utiliza para llevar a cabo todos los procesos funcionales y estructurales.
La pérdida de peso se da como consecuencia de un desbalance energético negativo, por lo cual, su efecto para el tratamiento del sobrepeso y la obesidad ha sido probado por médicos a nivel mundial; entre ellos, el médico cardiólogo estadounidense Robert Atkins, creador de la dieta Atkins que hoy en día se usa como propuesta dietoterapéutica para la pérdida de peso y el adelgazamiento, principalmente.
A pesar de que los azucares siempre han estado presentes en la dieta humana, algunos autores los han considerado como nutrientes no esenciales; restándoles la importancia que se merecen [3], dejando a las proteínas y grasas el papel de aportar los nutrimentos que el organismo necesita para funcionar.
Cuando el azúcar de la dieta se reduce de manera drástica; nuestro organismo recurre a una situación metabólica donde debe recurrir a la utilización de las grasas para la producción de energía.
En la descomposición o catabolismo de las cadenas de ácidos grasos que el cuerpo utiliza, se producen sustancias llamadas cuerpos cetónicos que son las que llevan a cabo este proceso; generando como resultado otra clase de compuestos químicos llamados acetoacetato, beta-hidroxibutirato y acetona [3], que es la fuente de energía de órganos tan importantes como el cerebro, corazón, retinas y demás células del cuerpo.
Se habla de dietas de las proteínas, ya que médicos partidarios de este tipo de plan de alimentación pueden formular un menú que se compone de porcentajes variables de las macromoléculas proteínas y grasas, así como de carbohidratos.
BENEFICIOS DE LA DIETA DE LAS PROTEÍNAS
Los resultados de estudios con varios pacientes, han mostrado beneficios cardiovasculares tales como una disminución de la presión arterial y una menor resistencia a la insulina [3] situación que consiste en que esa hormona no es suficiente para llevar todo el azúcar de la sangre hasta las células, produciendo que el páncreas produzca más hormona para tratar el problema.
Incluso, muchos profesionales en medicina y sus especialidades han utilizado planes de alimentación bajo en carbohidratos para tratar algunos síndromes epilépticos refractarios en niños y adultos, con resultados variables [4].
El término "refractario/a" quiere decir que, a pesar de que un paciente esté medicado con uno o más medicamentos al mismo tiempo, para el caso de los diferentes tipos de epilepsia, se pueden presentar crisis epilépticas.
Son efectivas para el tratamiento de la diabetes tipo 2, retrasar la pérdida de masa grasa corporal (muscular), ya que disminuye los niveles de azúcar circulante en la sangre.
Se habla que incluso puede resultar efectiva para "cortar el suministro" de azúcar a las células cancerígenas, ayudando a reducir drásticamente su crecimiento y reproducción incontrolada; aunque, por ahora, faltan varios estudios que arrojen resultados confiables y comprobables [4].
Sin embargo, con resultado a la pérdida de peso, las dietas cetogénicas provocan un mayor efecto o sensación de saciedad que otro tipo de dietas; reduciendo de paso los niveles de la hormona ghrelina, que estimula el apetito [4].
RECOMENDACIONES PARA LA PÉRDIDA DE PESO
En palabras de Gutiérrez, Galván y Orozco (2013), el cambio metabólico propiciado por las dietas cetogénicas se lleva a cabo cuando el contenido de carbohidratos de la dieta es suficiente bajo como para causar cetosis (pág. 5).
Las dietas se formulación con un contenido de azúcares en la dieta variable que suele ir dese el 5% hasta el 30% o 40% del total de los tipos de nutrientes que se deben ingerir al día.
Técnicamente, desde la primera semana de tratamiento dietético ya se pueden observar resultados, así que, una ingesta de unos 100 gr de proteínas de calidad producen, de media 60 a 65 gr de glucosa, con la consecuente pérdida de 400 a 600 kcal /día aproximadamente. [3], [4].
Si tomamos que 1 kilo de grasa (800 grs de grasa y 200 grs. de agua) tiene unas 7,000 kilocalorías [5]; entonces, una pérdida de 400 kilocalorías al día; implica una pérdida 1 kilo de peso en grasa en unos 17 días.
Si bien es cierto que una dieta de adelgazamiento está basada en estos principios, debes tener presente que:
- Debes comer porciones de frutas con bajo índice glucémico (como la manzana, los frutos rojos y las frutas cítricas), verduras ricas en agua y bajas en carbohidratos (lechuga, pepino, apio, calabaza, pimentón repollo, cebolla, tomate y espinacas) y alimentos que aporten ácidos grasos esenciales, como algunos pescados, las nueces y el aguacate.
Esto para aportar las vitaminas y minerales tan escasos en los alimentos de origen animal; así como la fibra que nuestro cuerpo necesita.
- Nunca debes sobrepasarte haciendo este tipo dieta; ya que como sabes, todo llevado al extremo es perjudicial.
Si te limitas a comer o consumes en mayor medida alimentos lácteos, cárnicos con contenido de proteínas y grasas de origen animal, puedes llega a:
- Presentar deshidratación causada por el aumento en el volumen de orina, cuando el riñón debe eliminar el exceso de cuerpos cetónicos.
- Conservar un fuerte olor a amoniaco que proviene del interior del cuerpo, que se excreta mediante el sudor, se nota en el aliento (halitosis), y dura un tiempo considerable luego de haber dejado esta dieta, en caso de que no te hidrates lo suficiente.
Así que, efectivamente, una dieta con un mayor porcentaje de proteína en cada comida te puede ayudar a quemar grasa; pero es bueno que además de la dieta, te ayudes con:
- Ejercicio diario (que tampoco debe ser extenuante)
- Una correcta hidratación, y con
- Hábitos saludables como: Descansar unos minutos al día, dormir más de 7 horas en la noche, y recordar que solamente perderás no más de 5 kilos pasadas las 2 semanas; si sigues las indicaciones de tu médico de cabecera, endocrinólogo y/o nutricionista.
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Fuentes de Apoyo:
[1]. Tejada Cifuentes, Francisco. (2008). Alteraciones del equilibrio del Potasio: Hipopotasemia. Revista Clínica de Medicina de Familia, vol 2, núm. 3, Albacete, España.
[2]. Badui D.,Salvador, et al. (2006). Química de los Alimentos. Pearson Education S.A. de C.V., México D.F., México, 734 p.
[3]. Gutierrez C., Galván, A. & Orozco, S. (2013). Dietas cetogénicas en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad. Artículo de revisión, Revista Nutrición Clínica y Dietética Hospitalaria, vol. 33, núm. 2, pp. 98 - 110.
[4]. Machado, I., Lorenzo, E. & García, D. (2015). Dieta cetogénica en el tratamiento de la epilepsia refractaria en niños. Revista Humanidades Médicas, 15 (2). Ciudad de Camaguey, Cuba.
[5]. Madrid, Juan. 2017. ¿Cuántas calorías hay que gastar para perder 1 kilo? Página de salud-1. Disponible: https://salud-1.com/alimentacion/cuantas-calorias-hay-que-gastar-para-perder-1-kg/
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