Cabría preguntarse si una persona es delgada o tiene sobrepeso por culpa de su alimentación; es decir, por culpa de sus hábitos alimenticios.
Entonces, no se tendrían en cuenta dos cosas: por una parte, el factor psicológico; y por la otra, el factor hormonal o fisiológico.
Lo que es verdad; es el hecho de que la persona con sobrepeso, dice que engorda con cualquier cosa que coma; mientras el delgado afirma que por mucho que coma, no engorda.
Esta afirmación, por supuesto, está en relación directa con la sensación de saciedad.
Desde un punto de vista general; se puede decir que la persona con algún grado de sobrepeso, tiene un apetito insaciable; mientras que, a la persona delgada, la comida le produce sensación de llenura con poco; o algo de repulsión.
Sin embargo; hay personas delgadas que comen y comen, y parece que no se llenan. Habría que mirar cómo trabaja su organismo, para deshacerse del exceso de comida: mediante la orina, el sudor o las deposiciones. Habría que mirar si estas son frecuentes; o por el contrario, la única que tienen durante el día (generalmente), es abundante.
Lo mismo podría decirse de las personas con unos kilos de más. Algunas de ellas, comen poco; y aún así se mantienen gordas.
¿POR QUÉ PASA ESTO?
Sin duda alguna, esta es una pregunta bastante interesante; no solamente desde el punto de vista psicológico, sino también fisiológico; dejando de lado: la anorexia nerviosa, la bulimia, y el síndrome del atracón
EL FACTOR PSICOLÓGICO
La respuesta a la pregunta, abordada desde este punto de vista; tiene que ver con dos componentes:
Por una parte, el hormonal; que dispara estados de ánimo como la depresión o la alegría y el placer; y
El componente psicológico propiamente dicho; cuando se puede notar que las personas recurren a la comida como mecanismo de recompensa.
Este mecanismo, se activa cuando, a personas que sufren de algún apego, una dependencia o una fobia; les es difícil asimilar una determinada experiencia; y en esto, influyen tanto circunstancias y acontecimientos externos; como pensamientos, creencias y valores internos.
Generalmente, se recurre a la comida para aliviar momentáneamente estados de ánimo, ansiedad, culpas, depresión, alegría, miedos, etc..., sentimientos y estados que vuelven a brotar; cuando los niveles hormonales de serotonina y dopamina disminuyen; luego de la asimilación de la comida.
EL FACTOR HORMONAL
Este factor está enlazado con el psicológico; debido a que la acción de dos de las sustancias implicadas en los estados de ánimo y las reacciones mentales hacia determinados impulsos; están marcadas por los niveles (altos o bajos) de las mismas.
Tanto la serotonina, como la dopamina; son sustancias sensibles a la restricción de ciertos alimentos.
Al ser restringidos; se produce un síndrome de abstinencia; que genera un deseo incontrolable por comer lo que las dietas restrictivas; sobretodo las que prohíben o merman la cantidad de carbohidratos que la persona debe comer al día; indican que se debe evitar.
De manera que; si las personas obesas, se dejan llevar por sus impulsos; comerán lo que puedan; sobretodo, alimentos dulces; que elevan los niveles de los sensores del placer: la serotonina y la dopamina; generándoles una sensación de bienestar y agrado.
En este punto, cabría decir que; las personas delgadas, serían afortunadas por tener los niveles de serotonina y dopamina siempre equilibrados; de manera que la alimentación, y la adicción a los alimentos dulces; no serían el problema causante para comer en exceso.
(Esto aplica para las personas delgadas, que comen lo medianamente necesario; y que no comen y comen y no engordan).
UNOS ENGORDAN Y OTROS, NO
Llegamos al punto clave del porqué las personas que comen demasiado, se mantienen delgadas.
Aparte de causas genéticas dominantes; donde por cuestión hereditaria, el sobrepeso, la obesidad o la delgadez, pasan de generación en generación, es de decir que:
En un estudio realizado por el nutricionista español, Francisco Covián; se obtuvo que, al aplicar un régimen alimenticio de 2000 calorías diarias, a un grupo de personas obesas, con sobrepeso y delgadas; por más de 30 días, y bajo las mismas condiciones de actividad física y gasto de energía; se logró observar (y comprobar) que cada organismo, sin que se supiera por qué, tenía una reacción distinta frente al balance de energía.
En palabras fáciles de entender; con la misma dieta, hay quien engorda mucho, y hay quien apenas ganas algo de peso.
La única explicación que sugirió Covián, fue la de la eficacia energética.
Es decir; cada persona es capaz de utilizar más o mejor, la energía que ingiere.
Entonces; las personas obesas, tienden a almacenar energía; mientras que las personas delgadas, tienden a gastar la energía que necesitan; y el resto, o bien, lo almacenan en un determinado porcentaje; lo gastan en forma de calor, o lo eliminan en mayor cantidad, ya sea mediante las deposiciones, la orina o el sudor.
Tweet
Comentarios
Publicar un comentario